Forjando la historia

Y en el principio era el caos. Y en devenir de la esperanza, algunos empezaron a soñar. Quisieron un equipo de fútbol. Un equipo de amigos. Se juntó a los muchachos. Se ideó la casaca, se creó un escudo y se forjó nuestra identidad. Soñamos con la verdiblanca cubriendo nuestros corazones. Con la gloria, con los abrazos, con alegrias. Y nos dimos un nombre: Ciudadela Futbol Club.

Años han pasado, muchos jugadores vistieron nuestra camiseta, pocos son los que quedan del primer equipo. Muchos goles, muchos llantos, pero ayer se nos dió el idilio realizado. El Ascenso, por fin.

Como comenzar, como expresarlo, como volcar en palabras la Gloria, la Alegría y la Unión de ese equipo en la tarde del sabado. Y no se puede describir lector, pero no importa, porque lo importante no es que usted lo entienda, sino recordarle a cada gladiador de Ciudadela ese cosquilleo interior, despertar ese amor incondicional para no olvidarnos de lo que este equipo. Lector: Para saber lo que es Ciudadela hay que jugar en Ciudadela. No se ve, no se comprende, simplemente se siente.

Como olvidar el golazo que nos clavaron cuando nacía el partido. Llegó después de un pase inoportuno de la flecha Etchart y que la Araña no pudo atrapar.

Como olvidar a la Araña gritando desde el fondo y volando por los aires.

Como olvidar la patada que se comió el Gringo, dejando todo en la cancha y al Chino llendo a topetear a los delanteros.

Como olvidar el último partido de Topadora Gador, la resaca del Pipa y esa pelota que Motoneta se iba solo para el gol y al burro se le fue larga.

Como olvidar los taquitos de Ro, al Mago defendiendo la cueva, al pibe Albirizio con sus toques y el último partido de Juan Ramon Riquelme (Que se retire la 10!)

Como olvidar la melena, la barba y la cara de vikingo anglosajón malhumardo del defensor rival que cagaba a patadas a todos.

Como olvidar el gol bien a lo ascenso de Nico Vivo para alcanzar el empate. Centro complicado, nadie la toca que si que no llega el pasado, la puntea la Perla de orto y se escucha el gritó de gol a lo lejos y a la vez tan cerca retumando en nuestros corazones

Como olvidar ese balón abrazando la red por el golazo de la Chancha que revivió a todo Ciudadela.

Como olvidar las corridas del Rayo Lichter al fondo, y ese último golazo que liquidó el partido y nos hizo respirar otra vez a todos.

Como olvidar la gran hinchada. El Patova, Fran, la Fiera Oromi, el Rafa, Diego, el Piti, Judas y Momi.

Como olvidar ese equipo de amigos comiendo un asadito en lo de los Perez Cobo, regocijandonos por la victoria.

Como olvidar esa camiseta verde y blanca embarrada y transpirada por esos 11 leones que corrieron hasta el ultimo aliento.

Como olvidar esos abrazos, esas sonrisas y ese pitazo final que trajo la gloria, consagró el honor y selló el bendito ascenso.

Se viene la fiesta en lo de Forgione...