domingo, 7 de noviembre de 2010

Moriremos de pie

Caimos 3 0
La tarde venia complicada. Muchos ausentes, los Vivos entre algodones, Gador ovalidisimo nos cambio, si otra vez, por el rugby. Al pipa lo secuestro eSTAMEntira. El rayo se sentia culpable (temo indagar porque) y fue a purificar su alma a una campamento de confirmacion. Si si, un debil.

La comision buceo entre caras y nombres para conseguir remplazantes. El Polaco Venzano y el Oriental Torres Vidal volvieron a vesitr la casaca de Ciudadela. Ni siquiera alcanzó un Angel y un Salvador, que trajo Oromi, con promesas proféticas.

A cualquier mortal pelotudo le deprimiría quiza escrbir la crónica de esta fecha. Pero no lector, si algo se vio ese partido fue un corazón colosal.

El partido venia parejo, sin sobresaltos y estaba para cualquiera. Pero el diablo metio la cola. Una pelota llegaba mansamente al area, tranquila cual dominguero paseador. En eso la Araña amaga al agarrar pero juesto en ese momento recuerda que desayunó tostadas con matenca con los guantes puestos y seria mejor utilizar sus pies. Y asi cargó la patada, pero no, un dios malvado corrio un poquito la cancha y el pie del Tropa voleó el aire. Y asi como Pepito por su casa, pasó nomas el balon por los tres palos.

De parte de Ciudadela queremos aclarar que esto fue una jugarreta del destino, una jodita del Tata y que la Araña no tuvo nada que ver. Gracias Tropa por tantas pelotas atajadas, por tantos goles salvados y tantos puchos fumados.

Después vino otro gol, pero es no es lo que importa. Lo que si vale recordar es el corazón del equipo. Habremos perdido el partido si. Nos habremos comido tres. Si hombre, duele. Pero el asunto es que se dejo la vida en cada pelota, que Ciudadela hasta el ultimo segundo del partido fue a buscar el gol, por lo menos uno y ya veremos después si haremos el segundo y el tercero. No esta muerto quien pelea predicó Patoruzú.

Y eso fue Ciudadela. No se necesitan grandes y bellas palabras, sino el mismo corazón que se dejó hasta el último aliento. Once gladiadores batallaron sin cansancio. Y no por la victoria. No por la gloria. Sino por el honor. El honor de no bajar los brazos jamás, de nunca entregarles el partido y hasta el final de los tiempos luchar no como un puñado de jugadores sino como una jauría de leones.

Y si usted, inepto exitista lector, que solo busca el triunfo, solo busca la gloria, la fama y el gol, le digo que es un pelotudo. ¿Por qué? Porque no comprende el amor de dejar la vida por el de al lado, de ir a trabar con el corazón en la mano y martirizar el alma por esta causa. Ya llegaran los resultados, ya llegaran los campeonatos, pero mientras tanto moriremos de pie mis queridos gladiadores.


Ya no quedan palabras que expresen lo que siento pues el ver a Ciudadela en la cancha se conmociona el espiritu y se seca la lengua de los que gritan en versos, dejando impotente a los poetas, sin poder expresar lo que este equipo indescriptible vive cada sabado.

Sin mas,

El cronista


pd: gracias bicho fran por la banca. El gringo tiro dos muy buenos caños.

3 comentarios:

  1. Como decia el rayo lichter en su momento: "la unica lucha que se pierde es la que se abandona", eso lo dice todo.

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  2. que no decaiga ciudade..

    el sabado que viene me sumo a la hinchada para bancarla desde afuera...

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  3. oromi te lesionaste? cuanto tnees?

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