2 a 0 a Niceto
Quizá algunos esperaban una concentración clásica, fideos, videos con jugadas y a la cama. En las vísperas del partido contra Niceto, clave para la lucha del campeonato, hubo fernet, whisky, y minas hasta las 4 am. Esta vez no hubo patitas de pollo a la madrugada. Más que concentración fue una desconcentración. Para que Futboliche no diga pavadas.
La Chancha Vivo se quedo dormido luego de una larga noche de pollereo. Las sectas religiosas nos estan chupando todos lo jugadores, Sioli y Etchart en Sta. Rita, Forgione y Lichter llegaron 30 minutos tarde por el grupo hereje eSTAMEntira.
Gran primer tiempo de Ciudadela. Sólidos en el fondo y mucho toque. Otra vez viene Maravilla Mateos, y en otra tarde de laburo, el tipo hizo dos golcitos. Figura, con el primero nos desahogamos todos, y el segundo, exquisito gol de alfombra, respiramos todos. Celoso Barrilete Albrizio entro 5 minutos, se erró dos goles abajo del arco y salió rengueando.
Bien en el fondo, el Mariscal Rillo ganó de noche y de día, el Pulpo Decortés trajo firmeza ante la ausencia de Roma. Mazzinghi puso mucho en el medio, aunque parecía medio perdido sin "el sos la pausa" que usualmente lo guía desde el fondo. Tenazas Venzano sigue rindiendo como de costumbre, hasta tuvo el tupe de frenar un pelotazo con las rodillas.
El Ogro PC sigue pidiendo la 9, pero el ingeniero Wilson se niega rotundamente. A seguir haciendo laterales. Luguercio Lichter no tuvo muchas chances, pero siempre desbordó y tiró centros al nueve ausente. Si Tati o el Gobernador hubiesen estado hubiese habido fiesta.
El Príncipe Porras Cociffi fue el jugador mas elegante de la cancha lejos. Esta vez jugó un poco más callado. La Fiera Oromi fue una topadora como es costumbre.
Pero la crónica de hoy se basa en un momento, más allá del gran desempeño del equipo. Esos 12 pasos mal contados que sellaron un duelo mano a mano contra Esnal. La lenta carrera del delantero, la decisión del portero, y los guantes que atrapan un campeonato. Arquerazo, tapó el penal, da seguridad, todo lo que quieran. Pero ese balón de 1,70 y 90 kilos fumando bajo los tres palos, guardián de las redes, que uniste nuestras almas en la comunión de un lechón, arquero de nuestras vidas, se extraña gritando en el arco. Quizá no hubiese tapado el penal, quizá se hubiese comido un gol, pero Araña Ochoa yo te digo, que dentro o fuera de la cancha, soy tu sombra mientras vos atrapas los pelotazos de la vida.
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