miércoles, 28 de septiembre de 2011

Crónica de un sueño

2 0 arriba

Entre hojas y libros se sumerge mi ser, días de estudio, semanas de parciales que agobian al mundo. Y mientras uno lee el argumento de Santo Tomás sobre la composición del compuesto cuerpo y alma como acto y forma en el sentido de acto de ser, la mente aterrada escapa a una lugar mejor, y los párpados se cierran, y me voy a soñar con un sábado y un gol.

Se recorta la silueta de monstruo gigante de cuatro patas. Lentamente se acerca hacia mi pero no lo veo con claridad. Escupe humo por su boca. Levanta sus metálicos brazos la terrible creatura, y en las tinieblas descubro que es Patro dandome un abrazo. Soldado heroico, tardó 80 minutos en llegar a la cancha. Su paso rengo y las muletas dándole una mano lo hicieron resucitar luego de la muerte a la Araña Ochoa. Nadie entiende porque no vino rodando. Desde el banco miró a su reemplazante, Santi Laffaye, que la rompió. No cambió mucho el desempeño del Tropa en el banco que en el de los partidos: se un fumó un par de puchito, puteó al referí y la pelota nunca le llegó.

Continuó el sueño, y continuaron pasando cosas increíbles. El Ogro PC se paró de de nueve para sacar del medio. El desconcierto del equipo fue total, Fran se pensaba que esto era Futboliche, nose. Pero crease o no después vino el gol de carambola, el defensor rechazó para el otro lado, el arquero quiso embolsar y no pudo y Fran la empujo de derecha. Goles más allá de lo real, seguro.

Roma se quiso acoplar al sueño y se mando de nueve, pero se comió una buena cagada a pedos. Rill sigue jugando 5 partidos por sabado, cosa que no le gusta al Ingeniero Wilson. Sueño irreal, Diego no salió para estudiar y rindió en la cancha. Oromi corrió como siempre, con 70 pulmones y un corazón. Maguito volvió a jugar de ocho, como siempre muy medido (saca el freno de mano y anda al fondo mago!). Fabri gambeteó por ahí y sacó el equipo adelante.

El Licha fue en auto, hecho solo posible en el mundo del inconsciente. Encima no se erró ningun gol que yo recuerde. Pero la gran figura de este partido fue sin dudas, Hacha El Maestrico Mazzinghi. La bajó a 20 metros del arco de pecho y tiró una bomba a la Maxi Rodriguez para forjar un gol mítico. Pero, querido lector, no es por esto que fue la figura del partido. El crack se lo persiguió todo el encuentro una vocecita perseverante y aguda que le decía "sos la pausa, sos la pausa", erinias infortuitas, la rompió con el "sos la pausa" limándole los oídos los 80 minutos de juego.

2 0 ganó Ciudadela. Quiza fue verdad, quizá fue solo un sueño(aunque tiendo a creer que transcurrió dentro de los parámetros de la realidad ya que al Pipa le cobraron un lateral mal hecho). Lo importante es que Ciudadela volvió al triunfo. La próxima a las 12, los esperamos a todos.

Sin más,

El Cronista.

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domingo, 18 de septiembre de 2011

Cortita y al pie

-Viejo.

-¿Cómo salió la máquina?

-Perdimos.

-¡¿Cómo que perdieron?!

-Si, un desastre.

-¿Cuánto salieron?

-2 - 1 abajo.

-Pero, ¿qué pasó? La estaban rompiendo.

-Ni ellos, ni nosotros, ni Dios ni el mundo sabe que pasó.

-Jaja, parecen Futboliche.

-No me jodas papá.

-Así es el fútbol, duele pero es justo. Hace sufrir, pero enseña.

-Y si, sirvió de termómetro. Se acabaron los partidos cómodos. Esto es la B y hay que dejar todo.

-Algunos dicen que el fútbol es injusto, pero es pedagogo. En la vida, como en la cancha, hay que dejar todo. No jugar a los pelotazos, sin para la pelota y abrir el juego. Ser uno mismo, pero apoyarse en los compañeros. Cortita y al pie. De todos aprendemos, de la soledad y la melancolía del arquero, de la seguridad del central, de las idas y vueltas del cuatro, de la garra perseverante del cinco, de la pausa y la sabiduría del diez, del arte del siete y la esperanza nostálgica de gol del nueve. A veces en la vida, a veces en la cancha, caemos y mordemos el pasto. Lo importante es levantarse, los sueños se cumplen despiertos, con el corazón caliente y una camiseta puesta en el alma. Y luchar y sufrir por esos efímeros instantes que nos elevan a los cielos, que dan sentido, que dan sonrisa. Por ese regalo que sólo da el fútbol, que se llama y que se grita: Gol. En fin, ¿Cuando volves a casa?

-Creo acá me quedo, hasta el próximo sábado. Por hay no en cuerpo, pero yo acá me quedo hasta el próximo partido.

-Esta bien, chau un abrazo.

-Abrazo de gol.

domingo, 4 de septiembre de 2011

El Fabricante de Mentiras

Agónico 3-2

Se acabaron las goleadas, las cómodas victorias y los partidos trámites, o por lo menos así lo parece, para dejar lugar a encuentros trabados, difíciles, cerrados y que hacen sufrir a sus hinchas hasta el último momento (el viejo tuvo pre-infarto viendo el partido). Será nuestra alma guerrera, será la B, será el fútbol, que se yo, pero el León hasta el último segundo puede patear el tablero y dar vuelta el destino.

No me voy a poner poético esta vez, porque ya todas las palabras bien rimadas fueron dichas en la cancha, ya no queda mucho más para decir, que como siempre se dejó el corazón y se pagó con el gol.

Pasan las semanas y van cayendo los kilitos. La Araña Ochoa, que esta haciendo campaña para cambiar su apodo a Laucha, ya esta en los 95. El portero es otro, se extrañaran esas 3 cifras moviendo toda su inmensa corporeidad para atrapar su pelota, de la cual cada día se diferencia más. El adelgazado no tuvo muchas que tapar, pero si fue complicado por la pelota parada, por donde llegaron los dos goles. Cambió la cábala del mate por Roger, que funcionó. Bien por el canino.

Muy poco llegaron en estos dos partidos y esto habla bien de la defensa, aunque llegaron muy de frente con pelota dominada y complicaron con diagonales. El Mariscal Rillo fue garantía en el fondo y en ataque pifió abajo del arco. En quien de todas estarás pensando Rill. Motoneta se quedo sin aire a los 20 de la primera mitad y salió, se ve que la vida de boliche no es lo suyo (aunque la del fútbol tampoco). Fue mucho por la banda, metió cuando había que meter, se la trabó la x y la pasaba con toda la x. El Tucan Forgione casi mata a medio equipo por mirar un cartel de reebok en panamericana, después cumplio como es costumbre. Los laterales le siguen saliendo bien.

Mucho juego en el doble 5. El Hacha Mazzingi impuso rigor, puteó a sus compañeros en confianza, y dio pausa al equipo, lo que fue clave. Casi hace un golazo, una pelota llovida que se estampó en el travesaño. El Ogro PC le dió verticalidad e intentó siempre abrir la cancha por los costados. Al final sus kilitos dijieron basta y termino un poco cansado. El Mago salió la noche anterior y jugó un partido antes, pero pese a todo cumplió haciendo la banda.

No se sabía si jugaba o no. Algunos decían que estaba enfermo, otros que estaba borracho. Pero siempre que da un excusa, el tipo la rompe. Por las dudas nos encargaremos de mantenerlo con resaca por el resto del campeonato. Juegue donde juegue, el tipo de 11 parecía el Diego del 86. Desbordó siempre y casi hace un golazo que la bajo de pecho y le pegó de volea que se fue ahí nomás.

Lichter esta vez no erró ningún gol y la tuvo la metió. Corrió mucho el Rayo para ayudar en la marca y presionar arriba. Jugó un ratito Muñiz que vino a bancarla porque la Pantera Marsellian nos dejó en banda a último momento. Nada que sorprenda de un jugador de Futboliche. Firulete Albrizio otra vez estuve picante, encaró y gambeteó por todos lados y clavó un golazo.

Querrán saber el fin de nuestra historia, algunos lo podrán imaginar. Cuando ya poco faltaba y todo parecía empate apareció el que siempre está, el que acosa el gol como esa noche en el Santa Inés, el Ratón de la Ratonera, Único en su Especie, Piqué de Ciudadela, el Fabricante de Mentiras que nos hizo creer que era defensor, clavó el gol sobre la hora, en el último segundo como un nueve nato. Romita, a la hora imposible, desde un ángulo imposible lo hizo. Y nunca tengas fe que sus subidas pueden traer el gol. Se forja una leyenda digna de Martín Palermo, de este tipo que cada vez que se pone la verdiblanca convierte ese glorioso momento llamado gol.

Flojo público, solo vinieron Roger y Kali Lichter. Vamos por el ascenso!

El Cronista