domingo, 10 de abril de 2011

Del fútbol y el amor


Ya no tan sola en la cálida tarde, en el centro del campo, mi cuerpo era rodeado por los pies del veloz wing y el talentoso centrofóbal. Sus patas bailaban alrededor, calentandonos el cuerpo. El agudo chirrido del silbato me perforó los oídos y con un suave toque, comencé el partido.

Por muchos pasé, entre caricias y golpes, alegrías y dolores. Muchos me tuvieron a sus pies y supieron tratarme y otros pocos me maltrataron. Hubo goles, muchos, pelotazos a la mierda de descorazonados y hasta un taco del gordo del arco. Hubo muchos buenos, muchos malos. Hasta ese momento.

Como perfectamente sabrán, yo soy el principal personaje y el resto protagonistas de reparto. La que define el partido soy yo ni más ni menos. Pero esa noche, un loco se atrevió a romper el molde, a patear el tablero y cargarse el destino al hombro. Lo escuché gritar a mi izquierda, deseándome desesperadamente. El cinco me cedió sin cuidado. El enamorado jugaba de ocho, y cuando me detuvo en el empeine de su botín, sentí una mística extraña, algo nuevo en mí redondo ser. Fue un extraño cosquilleo, nunca antes sentido en mis gajos. Y por primera vez acarició mi cuero.

El amor es envidiado, y muchos nos rodearon, sanguijuelas sanguinaria quisieron separarnos. Pero corrimos de la mano juntos entre tapones de punta y pastos volando. Fuimos uno, por instantes, y los zagueros se preguntaban donde empezaba el botín y donde el esférico. Aguantamos y con elegancia me fue paseando entre los que juegan sin poesía. Monstruos salieron a mi encuentro, para atraparme y llevarme lejos. Claro que nunca pudieron.

Y sin entender, me pasó a un compañero. Nos separamos y esos segundos fueron infiernos. Adonde iré a parar quién sabe sin esos botines que realizaron prodigios. Pero pronto un centro y las alas brotaron, volando al viejo encordado de ese pie derecho para pasar de chilena en un breve beso a los brazos de la red, el placer, la alegría, el gol. Quiza fue un sueño.



domingo, 3 de abril de 2011

Desde el sillón

Ciudadela goleó, 5 - 2
La pelota cae mansamente sobre mi pecho, y pese a mi, queda allí dormida por un instante quién sabe como. Y si no es hoy, no es nunca. Suspendida la esfera en el aire, como la materia sutil de un poema concluido, cierro los ojos y que sea lo que Dios quiera. Y así fue lo que Dios quiso.

Desde un principio parecía complicada la mano. Patro se bajó a último minuto, Felipe se hizo una cirugía facial, se puso botox y no pudo venir. La Fiera Oromi ya le van agarrando los años y se lesiona seguido y Roma sigue laburando de obrero a beneficio.
Pero el equipo del Ingeniero Wilson no se dio por vencido. Como pudo, formó un equipo de cabotaje, llamando a Mati Nasta, Sacra y el cantante Miguel Mateos. Alta Polera, último campeón de la D, era un rival difícil.

Después de 18 meses, 3 días, 20 minutos y 6 segundos Francisco Muleta Perez Cobo volvió a tocar el verde césped. Eso si, jugó de arquero, que casi ni la toco. El Polaco Venzano sigue demostrando que un puede romper la noche y romperla en la cancha con una diferencia de 3 horas. Rillo, galán como es costumbre, conquistó todas las pelotas. Forgione, con gran olfato, hizo bien un lateral (se rumorea que en Stame hace todos bien). Desde fondo hubo solidez frente a los ataques rivales, tanto que en el entretiempo no sabían si nuestro arquero era gordo, o negro, o rubio.

El corazón que pertenece a Morgades, el Mago lo dejó en el mediocampo. Luchó, quitó y jugó. A Sacra mucho no lo vimos. Rodrigo, La Flecha, desorbitó la defensa como siempre y nos deleitó con pases sublimes. El gobernador Sioli jugó de todo, hasta de goalkeeper maaan, y sigue ganando votos con un golazo en que desbordó y face to face con el portero la mandó adentro.

El hermano de Ram hizo un golazo, el primero, que después de un centro cruzado apenas acarició el balón para inflar la red. Los Nasta siguen ayudando al equipo de Roberto, que el único partido que disputó lo ganó, tiene 100% de efectividad.

El Rayo Lichter, viejo lobo, sigue engordando, para no extrañarlo a Tati, su cuenta personal. El primero fue un centro atrás de la Máquina Mateos y que definió solo como perito por su casa. El segundo no lo recuerdo pero lo festejamos todos.

La Máquina Mateos, nos dejo embobados a todos con su lujos, rabonas y demás maniobras hasta hoy desconocidas. Un fino artista pero también un gran trabajador que corrió para todos lados. Exquisito si los hay, hizo un golazo que se la picó al arquero y lo dejo plantado de culo.

Motoneta sigue soñando con su casi gol y Ciudadela sueña con el campeonato.